miércoles, noviembre 08, 2006

CM

Comité Malpica

x Raul Wiener - [ 07.06.06 - 08:56 ]

Una de las pocas banderolas que no pertenecían al partido de Humala, en su mitin de cierre en San Juan de Lurigancho era la del Comité Malpica. A una cierta distancia pude ver la de un sector de los humanistas de Yehude Simon que se separaron de esa organización. Y entre la masa a los militantes de La Lucha Continúa distribuyendo su periódico que llamaba a votar por el líder nacionalista. No sé si estoy olvidando a alguien, pero lo que relato da una idea del sobrepeso que ha tenido que cargar Ollanta Humala casi sólo para alcanzar una victoria en la mayoría de los departamentos del país y quedar a dos puntos de ganar el gobierno nacional. Pero también indica que, aunque pocos, hubimos los que nos jugamos de principio a fin por el cambio político, económico y social. El Comité Malpica que preside Ricardo Letts era, en su origen, una asociación de personas que nos juntamos para darle continuidad a la obra de Carlos Malpica Silva Santisteban, recogiendo su múltiple contribución al desarrollo de una nueva política de izquierda en el Perú. Como seguidores de Malpica nos hemos esforzado por seguir la huella del investigador acucioso y serio de la realidad nacional, del incorruptible fiscalizador del poder, del político consecuente e íntegro, que siempre actuó en función de los intereses de nuestro pueblo. Tal vez en nuestro proyecto original no teníamos todos muy claro cuánto podíamos llegar a comprometernos en una posición común frente a los acontecimientos del país, pero lo cierto es que a partir de la lucha contra el fraude de la re-reelección y por levantar a las masas contra la dictadura en el año 2000, nuestra actuación ha sido la de un colectivo organizado que participa de la dinámica política del Perú. Esto tiene íntima relación con el proceso que hemos vivido los últimos años y en especial los meses recientes, con el resultado de las elecciones del 4 de junio y con las proyecciones que existen de aquí para delante. Somos una organización pequeña y nuestra capacidad de incidir en la coyuntura es limitada, no obstante están claramente registradas las batallas grandes y pequeñas que hemos desplegado desde el comienzo de la llamada transición democrática, en contraste con lo que fue la agenda de los otros partidos de la izquierda:a. Aún antes del levantamiento de los hermanos Humala en Locumba, en octubre del 2000, el Comité Malpica integró la corriente que apuntaba a romper con la Mesa de Diálogo de la OEA, en la que se cocinaba la impunidad y el andamiaje político que es esencialmente el que hoy existe bajo la forma de una mixtura entre el fujimorismo de los 90 y la democracia devaluada de los 80, que es causa de tantas frustraciones para nuestro pueblo. Nosotros postulamos entonces una transición sin Fujimori, una Asamblea Constituyente y un juicio político y popular a todos los corruptos. b. Por esta convicción no tuvimos reparo en solidarizarnos activamente con el gesto militar de Tacna, que rompía una unanimidad militar de diez años y denunciaba directamente el carácter tramposo que iba tomando la transición, a través del arreglo de los corruptos con los representantes de los partidos tradicionales. c. En el año 2001 no apoyamos la candidatura de Alejandro Toledo porque ésta dejo de ser expresión del movimiento democrático y de la lucha contra la corrupción, y se convirtió en la punta de lanza para el continuismo neoliberal. Pero tampoco votamos por Alan García Pérez que representa lo peor de la vieja política criolla, la conciliación con el neoliberalismo, el paramilitarismo y la represión contre el pueblo.d. Desde el comienzo del gobierno de Toledo impulsamos todas las iniciativas que apuntaban a alcanzar la unidad de las fuerzas de izquierda y progresistas, para recuperar un espacio en la política nacional y contribuir a forjar una alternativa popular a las distintas opciones de la reacción y el imperialismo. Este proceso, como se sabe, estuvo lleno de tropiezos, contradicciones, actos de autosuficiencia, burocratismo, etc., y terminó en una nueva división que fue el camino al desastre electoral de la primera vuelta. e. A partir del movimiento contra las privatizaciones en Arequipa en el 2002, de la huelga magisterial y el paro agrario del año siguiente, el Comité Malpica consideró legítima la exigencia que empezó a manifestarse en sectores crecientes del pueblo para destituir al gobierno de Alejandro Toledo, que se fue acentuando con las denuncias de corrupción y entreguismo que fueron recayendo sobre dicho régimen. Esta posición chocaba con la actitud de la mayor parte de los partidos representados en el Congreso, en particular del APRA, que jugando a una aparente oposición, fueron los soportes claves para que no avanzaran las investigaciones y denuncias contra el gobierno. A su vez, una parte de la izquierda que se consideraba comprometida con la idea de otorgarle gobernabilidad al sistema y de evitar irrupciones sociales bruscas, rechazó la consigna de destitución de Toledo y apostó a la conciliación vía el “Acuerdo Nacional” y otros mecanismos. f. La ocupación de la comisaría de Andahuaylas por un contingente de reservistas encabezado por Antauro Humala, volvió a dividir las aguas del país, entre quienes consideramos legítimo en ciertas circunstancias recurrir a procedimientos revolucionarios por el bloqueo de las vías institucionales, y los que rechazan de plano todo lo que desborda la ley burguesa. El Comité Malpica evaluó este acontecimiento al que consideró una manifestación de la crisis en marcha, aún cuando en su planteamiento la acción de fuerza no apareciera conectada a otros movimientos insurgentes o sociales que pudiesen conducirla a un resultado exitoso. Esta posición difícil la sostuvimos contra una casi unánime condena, que incluía a la mayor parte de la izquierda, y que tenía que ver con el poder de los medios que empujaron al enfrentamiento y luego culparon a Antauro de los muertos que produjo el intento de recaptura violenta de la comisaría, obviando además las bajas del otro bando.g. Durante el año 2005, el Comité Malpica, mantuvo un doble esfuerzo. De un lado para forjar la unidad de izquierda sobre una propuesta de ruptura con el modelo económico y el sistema político vigentes, y de construir un puente con el proyecto nacionalista que traía bajo el brazo Ollanta Humala. En un nivel buscábamos una presencia fuerte de las posiciones socialistas en la orientación del proceso, y en el otro ligarnos a la corriente de masas que empezaba a engrosarse a partir de la presencia de un liderazgo que estaba dispuesto a pelearle el poder a los sectores dominantes del país. Es verdad que no tuvimos éxito en una y otra tarea, pero eso no niega su validez. A fines de octubre de ese año nos afirmamos que las listas separadas que estaba armando la izquierda, los programas mediatizados y la ausencia ostensible de ganas de ganar y tomar la dirección del país, conducirían a la derrota. Y agregamos que la incomprensión del fenómeno nacionalista iba a aislar a la izquierda de inmensos sectores del movimiento popular. h. El Comité Malpica ha apoyado la candidatura de Ollanta Humala desde que fue diseñada en los primeros meses del 2005 y ha caracterizado al nacionalismo como una fuerza progresiva y avanzada. Con independencia hemos hecho la crítica a diversos errores de la campaña. Hemos sufrido en algunos momentos maltratos y relegamientos. Pero hemos puesto por delante siempre el interés nacional y popular. Y así llegamos al cierre y a la votación. Dolidos por un resultado que burla las expectativas de millones de personas que aspiraban al cambio, pero convencidos que somos ahora parte de un nuevo mapa político sobre el que se jugará el futuro mediato e inmediato. Estados orgullosos de no habernos abstenido. Nada lo justificaba. i. Cuando los campesinos de Puno, Cusco, Ayacucho, Cajamarca, etc.; los microempresarios y trabajadores de todo el país; las mujeres y los hombres de la sierra y la selva; los habitantes de los barrios populares de las grandes ciudades; los jóvenes que quieren cambiar el sistema educativo; los ancianos que reclaman sus derechos; etc., se pregunten porqué si somos tantos y ganamos en tantos lugares, porqué no somos el nuevo gobierno; el Comité Malpica no hará sino reafirmar ante ellos de que estuvimos muy cerca esta vez, pero el futuro nos pertenece de aquí en adelante. ¿Qué dirán los que prefirieron ponerse al margen’05.06.06

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